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La desaparición del dinero en efectivo, cada vez más cerca

20 agosto 2019

Como puedes ver en el vídeo sobre todos los momentos de compra actuales, la gente paga cómo y dónde quiere. Pues bien, según indican todas las estadísticas, lo que quiere la gente es llevar cuanto menos efectivo mejor. Los billetes salen cada vez menos de los cajeros automáticos: las tarjetas, los dispositivos wearables y el contactless, toman el relevo.

El informe El futuro de la aceptación de pagos, que hemos realizado en UniversalPay, deja muy claro cuál es el horizonte de los pagos en España: el 60% de consumidores cree que la desaparición del dinero en efectivo se dará en un futuro próximo frente a solo un 12% de personas que cree que esto no ocurrirá nunca. El dato tiene una gran importancia si tenemos en cuenta que, en hábitos de compra, y especialmente en cuestión de pagos, son precisamente los clientes quienes marcan las tendencias. La irrupción en el mercado de consumo de los conocidos millenials (nacidos a partir de los años 80) han obligado a los comercios a ponerse las pilas en materia de aceptación de pagos. Las nuevas generaciones llegan con la tecnología bajo el brazo y esto ha supuesto la introducción de los pagos electrónicos en las compras diarias. De hecho, según recoge el informe de UniversalPay, el 72% de encuestados ya utiliza el pago con tarjeta en sus compras del día a día, lo que supone un aumento de 20 puntos respecto al año pasado, y superando ya al uso del efectivo. Por todos estos datos, se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que el fin del dinero en efectivo está cada vez más cerca.

¿Cuál es la mejor alternativa al dinero en metálico?

Aunque el efectivo sigue estando presente en España, los pagos contactless y con dispositivos wearables, se popularizan a un ritmo tan vertiginoso que son muchos los que empiezan a hablar de una posible desaparición del dinero en efectivo en una sociedad futura a corto plazo. De hecho, de acuerdo con nuestro informe El futuro de la aceptación de pagos, ya son más los consumidores que usan a diario la tarjeta (72%) frente a los que usan dinero en metálico (65%). Y es que el uso del plástico en los pagos se incrementó en nuestro país sobre todo desde 2016, cuando entró en vigor el cobro generalizado de comisiones en la retirada de dinero en los cajeros automáticos de las entidades bancarias, lo que incrementó el coste del efectivo un 4%, según un estudio que realizamos en aquel momento en UniversalPay.

Además de la tarjeta tradicional, cuyo uso es aceptado ya en el 95% de comercios, el contactless se ha convertido en un habitual a la hora de pagar: el 47% de encuestados afirma haber aumentado su uso en relación al año pasado. Ante esta realidad, no es de extrañar que el contactless sea el servicio añadido del TPV más valorado entre los comerciantes.

El uso del teléfono móvil en caja también gana peso. El 15% de los consumidores afirman utilizar este tipo de transacciones vía móvil en su día a día. De ellos, el 42% declara hacerlo a través del wallet de su banco, el 26% las realiza a través de Apple Pay, el 22% efectúa pagos con Google Pay y apenas un 5% de los encuestados utiliza Samsung Pay. Los consumidores más avanzados apuestan por el método contactless, pero no a través de tarjeta ni móvil, sino directamente mediante wearables, es decir, dispositivos que pueden llevarse puestos como un complemento o una pieza de ropa más: móviles, pulseras, gafas… España, de hecho, se encuentra a la cabeza de países con mayor implantación de este tipo de dispositivos, en el último trimestre de 2018 sus ventas se incrementaron el 30% respecto al mismo período del año anterior.

Aunque su uso está siendo variable desde su creación, la criptomoneda también tiene su cuota de mercado como método de pago para transacciones digitales, aunque ni siquiera los gurús de la red se ponen de acuerdo sobre el futuro de la moneda electrónica, mientras unos creen que su expansión todavía está por despegar, otros la califican ya de fracaso. En cualquiera de los casos, lo que es evidente es que su uso no es prioritario en ninguno de los países que actualmente están liderando la supresión del dinero en metálico.

Los países pioneros en la desaparición del dinero en efectivo

Como recoge el informe El futuro de los pagos, el dinero en metálico está presente todavía en el día a día de la mayoría de consumidores en España. Sin embargo, esto no ocurre en otros países del mundo, algunos de ellos de la misma Unión Europea.

Sin lugar a dudas China es pionera en esta materia, no solo porque los chinos sean más tecnológicos, sino porque, con más de 1.300 millones de habitantes, el volumen de transacciones diarias que se realiza en este país es capaz de marcar tendencia en cualquier caso. El rey de los pagos en el gigante asiático es el pago por móvil, el 80% de consumidores de smartphone ya utiliza este método. Este tipo de pagos está tan popularizado que algunos comercios del país se niegan a aceptar efectivo, algo que el gobierno no permite, ya que temen que determinados consumidores, como quienes viven en zonas rurales, queden al margen del mercado.  No ocurre así en Dinamarca donde es el propio Parlamento quien ha puesto fecha a la desaparición del cash: año 2030.

Los países nórdicos lideran la penetración de los pagos digitales en Europa. Además de Dinamarca, Suecia vislumbra también el final del efectivo. Aquí el 90% de las transacciones actuales, ya se realizan de forma digital: compras en supermercados y restaurantes, pago del transporte público e incluso donaciones en iglesias se hacen con dinero de plástico o dispositivos contactless. De hecho, según un estudio de ESADE, los billetes y monedas en circulación ya solo suponen el 1% del PIB. Algo parecido ocurre en Noruega, donde el propio Banco Central Noruego ha augurado un máximo de diez años de vida al papel moneda del país.

Los beneficios del fin del dinero en efectivo

El incremento vertiginoso de los pagos digitales no es aleatorio, su rápida implantación se debe a los beneficios que esta tecnología reporta. El primero y más evidente es la rapidez y comodidad que supone tanto para los clientes como para el propio comercio: un cobro más rápido supone más agilidad y menos esperas en caja. La seguridad es algo que también mejora para ambas partes que evitan la exposición a robos. Los comerciantes, además, se libran de los costes administrativos y financieros que implica el manejo de dinero (como cuadrar caja al cierre de cada jornada). Las autoridades, por su parte, tienen en los pagos digitales un aliado para evitar el blanqueo de dinero y la evasión de capitales.

Ante esta realidad, contar en los comercios con pasarelas de pago con sistema integrado que permitan al cliente pagar por cualquier canal, en cualquier lugar y a cualquier hora, contribuirá decididamente a la mejora de la experiencia de cliente y, por lo tanto, al éxito de ventas. De hecho, si el dinero en efectivo sigue todavía en circulación es porque lo que más valoran los consumidores es precisamente la libertad para elegir el método de pago que deseen.

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